DESPEJANDO INCÓGNINTAS
Cuando los planetas se alinean de tal manera que en la Sierra de Guadarrama coincide en un fin de semana del invierno, la nieve, el sol, y escaso o nulo viento, acercarse a los puertos de Navacerrada, Paular (Cotos), Morcuera, Canencia, Navafría, del León, o a las áreas de recreo como las Dehesas, o Barranca, se convierte en un ejercicio casi imposible; y digo "casi" porque dándose un buen madrugón igual uno llega con cierta ligereza al destino deseado, eso si, no evitará la masificación deseosa del blanco elemento. En un día así, en Guadarrama se concentran, esquiadores, montañeros, y turistas (con diferentes necesidades) bloqueando desde horas tempranas los accesos por carretera y las zonas de aparcamiento.
La cercanía de la capital y pueblos de la provincia, hacen que el reclamo del manto blanco colapse ciertos enclaves del P.N. en días como se describen. ¿Debemos por ello renunciar al paisaje nevado de Guadarrama un fin de semana soleado, saboreando cierta soledad, y sin tener que darnos el madrugón del siglo?, evidentemente no. La ecuación tiene demasiadas incógnitas, pero no por ello imposible de resolver; solo necesitaremos renunciar a los puntos inicialmente citados, y cierta dosis de "imaginación".
Si el lector espera encontrar en estas líneas un listado de lugares "solitarios" en Guadarrama a los que acudir cuando la nieve cubre las montañas, he de decirle que no lo encontrará, por el simple motivo que hay tantos como uno sea capaz de buscar. El caso es que este apacible domingo de invierno, hemos podido llegar a nuestro destino "relajados" y evitando levantarnos a horas no recomendadas para la salud. El enclave elegido lleno de rebotados del puerto, en principio, pero a nada que nos alejamos pocos cientos de metros solo nos acompañan los pinos, la nieve, y la soledad.
No somos los más listos del lugar, únicamente buscamos y comparamos, y en caso de no gustarnos, pues no volvemos.
Si el lector espera encontrar en estas líneas un listado de lugares "solitarios" en Guadarrama a los que acudir cuando la nieve cubre las montañas, he de decirle que no lo encontrará, por el simple motivo que hay tantos como uno sea capaz de buscar. El caso es que este apacible domingo de invierno, hemos podido llegar a nuestro destino "relajados" y evitando levantarnos a horas no recomendadas para la salud. El enclave elegido lleno de rebotados del puerto, en principio, pero a nada que nos alejamos pocos cientos de metros solo nos acompañan los pinos, la nieve, y la soledad.
No somos los más listos del lugar, únicamente buscamos y comparamos, y en caso de no gustarnos, pues no volvemos.
AVISO MUY IMPORTANTE: No dejes basura en el monte, ni pañuelos de papel, ni cascaras de fruta, ni latas, plásticos, etc, etc. Llevar una bolsa en la mochila donde guardar los desperdicios ocupa poco y pesa menos, para tirarla al final de la ruta en algún punto de recogida, en un pueblo de paso, o incluso en casa. Otros usuarios y la naturaleza nos lo agradecerán.
© Texto y fotografía de Rafael Rodríguez
Me alegro de tu retorno a la actividad compartida. Se te echaba de menos en este aspecto. Suscribo tu exposición y alabo tu gusto por lo solitario en la montaña. Yo también recorro esa misma senda. Buen retorno, buen invierno y que continúe. Salud y Montaña, Rafa.
ResponderEliminarHola Carmar...aunque no es oro todo lo que reluce, al menos uno puede sentir el olor del pino y la jara, sentir la brisa en el rostro, y seguir conectado a ese sentimiento que emana de las montañas. Muchas gracias Carmar por tu comentario, y disfruta de la nieve, que tardía, ha llegado con fuerza. Un afectuoso saludo.
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