"Este espacio está dedicado especialmente a la Sierra de Guadarrama, y uno de los objetivos será introducirse en la toponimia serrana. Quien esto escribe busca en las montañas toda la esencia que encierran; el paisaje, la historia, o la cultura, son elementos que uno considera inseparables y que forjan el sentimiento hacia la naturaleza, más alla del caracter meramente deportivo. Por ser una afición a la que dedico menos tiempo del deseado, que nadie busque aquí una referencia de esta Sierra, para lo cual hay otros medios y autores; solo se pretende mostrar rincones, y tratar de interpretar lo que se nos ha transmitido con el paso de los años. Pasen y lean con tranquilidad."

Actualización de la ruta Hueco de las Higueras-Las Mesas 2-5-2016

Actualizada la ruta "Hueco de las Higueras, Las Mesas, viejas majadas y cabañas. La Pedriza 9-2-13"


Hace ya tres años realizamos una ruta por La Pedriza, en un sector de los que podríamos decir permanece casi inalterado; o lo que es lo mismo, representa lo que fue La Pedriza hace más de cien años, y donde la "mano" del hombre apenas hizo acto de presencia.


Pues bien, la ruta que planteamos en aquella ocasión era realizar una circular con inicio y fin en las cercanías de la finca Los Aljibes, para entrar por el Hueco de las Higueras y rastrear los restos de cabañas y corrales que antiguamente fueron utilizados por cabreros y pastores. De aquí pasar por el paraje de Las Mesas (donde abundan restos de lo que debió ser una majada), y cerrar el círculo por la cabecera del Hueco del Recuenco, Peña del Mediodía, y regresar a la finca de Los Aljibes. Hasta la Peña del Mediodía todo fue perfecto en un entorno inigualable; pero el tramo final se nos "atragantó", y donde debía de existir un sendero (así figura en el mapa esquemático de La Pedriza de Domingo Pliego, y en el mapa de La Pedriza de La Tienda Verde), o no lo vimos (muy probable) o estaba "comido" por el jaral (tan probable como lo anterior). El descenso hacia el arroyo de Cancho Molina fue una auténtica aventura, peleándonos con el jaral y cuando este se despejaba un gran cortado de unos 20 metros de altura nos bloqueaba el paso hacia una amable pradera. Sorteamos las adversidades para dar finalmente con el GR10, y terminar plácidamente el recorrido.


Ya en casa, días después, y estudiando la ruta realizada, pude comprobar en la ortofoto del Iberpix/IGN, que desde Las Mesas se apreciaba una trocha que conectaba con un claro camino, que pasando junto a La Raja, enlazaba con el GR10 a pocos metros del arroyo Santillana, muy cerca del inicio de ruta. Como no me gusta dejar cosas a medias, y aplicando el "más vale tarde que nunca", el pasado día de la festividad de la Comunidad de Madrid fui a "rastrear" lo que en su momento debió ser un cómodo retorno; y así pude certificar como un claro camino discurre desde la abandonada cantera de La Raja, para en unos dos kilómetros conectar con las praderas inferiores de Las Mesas. De haber buscado en su día esta opción, nos hubiésemos perdido aquella "aventura". Lo que es incuestionable es que en ambas jornadas disfrutamos de la total soledad de la "Auténtica Pedriza".


©Texto y fotografía de Rafael Rodríguez

2 comentarios:

  1. Compruebo con cierto .... ¿entendimiento y hermandad serían las palabras adecuadas? ... que hay más de un pionero explorador por esos enrevesados parajes que se atasca, pena y aún con todo, vuelve una y otra vez a esa primitiva y atractiva zona. Sigo tus indicaciones, reconozco los parajes que mencionas pero, ¡Ay de mí! me temo que el tramo intermedio todavía me va a ofrecer / requerir algún que otro paseo por lo intrincado, lo cual no me desagrada ni desanima en absoluto. Salud y Montaña, amigo Rafa.

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    1. Hola Carmar, a veces dudo si esa querencia con lo intrincado es más un defecto que virtud. Respecto a lo de volver una y otra vez a ciertos parajes, que mejor para expresarlo que las palabras que hace la friolera de cien años dijo el "aventurero" Antonio Victory: "...La Pedriza del Manzanares es la curiosidad de la sierra del Guadarrama y no cansa jamás a un montañero de corazón, pues siempre resulta nueva; en cada excursión encontrará una sorpresa, algo que le interese para ver más detenidamente en el próximo viaje, y de continuo el excursionista goza de la emoción de buscarse él mismo el camino más conveniente...". Un abrazo.

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