"Este espacio está dedicado especialmente a la Sierra de Guadarrama, y uno de los objetivos será introducirse en la toponimia serrana. Quien esto escribe busca en las montañas toda la esencia que encierran; el paisaje, la historia, o la cultura, son elementos que uno considera inseparables y que forjan el sentimiento hacia la naturaleza, más alla del caracter meramente deportivo. Por ser una afición a la que dedico menos tiempo del deseado, que nadie busque aquí una referencia de esta Sierra, para lo cual hay otros medios y autores; solo se pretende mostrar rincones, y tratar de interpretar lo que se nos ha transmitido con el paso de los años. Pasen y lean con tranquilidad."

Refugios históricos de La Pedriza de Manzanares el Real (P.N. de la Sierra de Guadarrama)

Centenario del Refugio Giner de los Ríos de La Pedriza (P.N. de la Sierra de Guadarrama)

En estas fechas, y más concretamente el 15 de mayo, se ha cumplido el centenario de la inauguración del Refugio Giner de los Ríos en La Pedriza de Manzanares el Real. La historia de La Pedriza la han forjado todos aquellos que traspasaron sus limites para adentrarse en el singular  y laberíntico roquedo y dejar escritas hazañas y leyendas que hoy en día son parte del "carácter" de esta enigmática formación granítica de la Sierra de Guadarrama.

Revista Peñalara nº 30, junio de 1916

En tiempos pasados las montañas no fueron lugares idílicos deseosos de ser visitados (como lo son hoy en día), los miedos y supersticiones de los lugareños que habitaban cerca de ellas hacía que únicamente fueran frecuentadas en las zonas bajas para ejercer labores y trabajos por los que subsistir y comerciar; solo hacheros, carboneros, pastores y cabreros se aventuraban a intrincarse en sus bosques, valles, puertos, y collados en busca de madera o de pastos para alimentar el ganado. La Pedriza no fue una excepción, más si cabe, por lo laberíntica de su ortografía, característica que fue aprovechada como cobijo de los bandoleros que perpetraban sus fechorías en la capital y sus cercanías, protagonizando el paraje diversos sucesos de secuestros, liberaciones y ajustes de cuentas.

Fue el geólogo Casiano de Prado quien en la segunda mitad del siglo XIX se internó en La Pedriza, siendo fruto de sus incursiones investigadoras la primera descripción publicada del paraje, y la primera ascensión a la Peña del Yelmo que se conoce. Tuvieron que pasar varias décadas para que La Pedriza fuese explorada, desde la faceta montañera, por un grupo de inquietos aventureros ávidos de descifrar aquello que se ocultaba entre el roquedo. Dos de estos personajes fueron Constancio Bernaldo de Quirós y Juan Almela Meliá, contando ambos en sendos relatos como por el 1908, cuando realizaron la primera excursión a La Pedriza, nadie se había adentrado en ella o no había constancia de ello. El propio Meliá narraba una excursión a La Pedriza en 1913 en la que junto a José Tinoco tuvieron que resguardarse en una oquedad natural en la meseta de Los Llanillos. Esta pequeña cueva con capacidad para unas tres personas en la cara S de un gran muro de granito, era usada por los cabreros, que habían cerrado parcialmente su entrada y así protegerla mejor de los elementos atmosféricos. Este Covacho de la Majada de Quila es, probablemente, el refugio natural más antiguo de La Pedriza.

Covacho de la Majada de Quila

La Pedriza comenzó a ser frecuentada por personajes con similares inquietudes descubridoras, entre los que destacaron los hermanos Kindelán (Ultano, José Manuel y Juan) y su primo Pablo Martínez del Río, protagonizando el grupo primeras escaladas memorables como La Cueva de la Mora, los Riscos de la Encinilla (rebautizado por ellos como Peña Sirio), del Campo Santo (Cancho de los Muertos), del Ventanillo, o la primera escalada hasta el cuello del Pájaro. En alguna de sus primeras incursiones los hermanos decidieron cerrar una de las múltiples oquedades existentes en La Pedriza con un muro de mampostería que sirviera de refugio, y donde pernoctar tras el largo viaje de aproximación desde Madrid que en la época se requería, para al día siguiente salir a escalar descansados desde el mismo interior de La Pedriza. Eligieron un abrigo formado por una gran placa de granito apoyada en otra que con el cerramiento al mediodía habilitaba un espacio de dos estancias que fueron equipando con armario y diversos enseres para hacer las pernoctas más confortables; según recoge el "Cuaderno del Chozo" llego a tener hasta un botiquín con todo lo necesario para curar diversas indisposiciones y heridas. No consta fecha exacta de la construcción del Chozo Kindelán, pero debió ser por el año 1913 o anterior, y fue utilizado hasta el año 1916 cuando la Sociedad Peñalara construye un albergue en el mismo corazón de La Pedriza.

Chozo Kindelán

Ante la mayor afluencia de excursionistas que se adentraban en La Pedriza, y con las asociaciones deportivas del Club Alpino Español y la Sociedad Española de Alpinismo Peñalara ya constituidas, esta última decide construir un albergue más amplio y confortable que el Chozo Kindelán, y más adentrado en el interior del paraje. Para ello abren una suscripción en la que participan los socios de la sociedad, y a la que también se suman el rey Alfonso XIII con una aportación de 500 pesetas, el Club Alpino Español con otras 500 pesetas, y la infanta Mª Isabel con 150 pesetas, entre las más destacadas; el socio fundador de Peñalara José Fernández Zabala será el encargado y supervisor del proyecto. El 15 de mayo de 1916 es inaugurado el Albergue Giner de los Ríos, en memoria del educador Francisco Giner de los Ríos fallecido en febrero del año anterior. El Refugio Giner sufrió varias reformas y ampliaciones hasta llegar al aspecto actual, incluso cambió de nombre al terminar la guerra civil, para recuperarlo décadas después con la vuelta de la democracia.

Refugio Giner de los Ríos (15 de mayo de 2016)

Para celebrar este año el centenario del Refugio Giner de los Ríos, que mejor que realizar una ruta conectando los tres históricos resguardos que aun se conservan en La Pedriza, y que Constancio Bernaldo de Quirós clasificó en correspondencia a las edades históricas que representaban, asignando la "antigua" para el Covacho de la Majada de Quila, "media" para el Chozo Kindelán, y "moderna" para el Albergue Giner de los Ríos. Diseñar un recorrido que conecte los tres refugios históricos de La Pedriza, no requiere de un conocimiento exhaustivo de este singular paraje, basta con saber moverse por zonas montañosas, informarse en las múltiples fuentes disponibles en la actualidad, y cargar la mochila con el suficiente tesón por si localizar alguno de los refugios se nos resiste. Nosotros hemos elegido una ruta circular que transita la mayor parte de su trazado por senderos señalizados con marcas amarillas y blancas de PR (Pequeño Recorrido).

Recorrido de la ruta (pasando por El Tolmo) sobre parcial MTN25 del Iberpix/IGN

Para ello saldremos de Canto Cochino (1025m aprox) descendiendo al río Manzanares y tras cruzarlo por puente de madera seguir a la izd. por el sendero que con marcas amarillas y blancas del PRM 1 lleva al Collado del Cabrón bordeando el grupo del Risco del Camposanto (Cancho de los Muertos); en este collado encrucijada de caminos (1300m aprox), debemos tomar el camino (Senda ICONA) que frente a nosotros y ya sin señales de PR va ganando altura rumbo NE, pasa por un mirador natural con espectacular vista al Risco del Pinganillo Grande (Pájaro), y tras serpentear entre pinos y jaras desemboca en otro sendero, sin señalizar, que debemos seguir a la derch (1510m aprox). En suave descenso entre el pinar con tendencia O, obviaremos un primer desvío que a la izd lleva al Puente de los Poyos, para en el segundo que se nos presenta a la izd desviarnos y cruzar el pinar hasta toparnos con un murallón de granito en el cual debemos buscar el Covacho de la Majada de Quila (1500m aprox).

Tras la observación del covacho y lo que fue la majada, el reposo, y la meditación (si el caminante la requiere), regresamos al camino que abandonamos para acercarnos al covacho, continuando rumbo E hasta confluir en un cruce de caminos marcado con cuatro hitos (Cuatro Caminos, 1440m aprox)), donde seguiremos por el ramal derch descendiendo rumbo S, por sendero nuevamente señalizado como PRM 2. Esta traza nos acerca al arroyo de la Ventana, para separarnos de él después, y tras un fuerte y corto descenso girar a la derch donde daremos vista a nuestra izd a la pasarela que permite cruzar el arroyo de la Majadilla (1170m aprox) y salir al claro del Llano Peluca; desde este punto divisamos en un alto y frente a nosotros la construcción del Refugio Giner de los Ríos (1200m aprox), lugar que requiere visita obligada.

Placa conmemorativa del centenario del Refugio Giner de La Pedriza

Para cerrar el círculo volveremos a la pasarela sobre el arroyo de la Majadilla, y cruzándola seguiremos a la izd el camino por el que descendimos de Cuatro Caminos, para rumbo O ir a la búsqueda del Chozo Kindelán, que por su historia y significado hemos dejado para el final (omito dar la ubicación exacta del chozo dada su accesibilidad y la posibilidad que algún desaprensivo que nada respeta deje huella de alguna de sus fechorías). Cumplido el culto que este santuario pedricero merece, solo nos queda regresar al puente de madera sobre el río Manzanares y terminar, tras unas tres horas de caminar, la ruta en Canto Cochino.

BIBLIOGRAFÍA

"Descripción Física y Geológica de la Provincia de Madrid", Casiano de Prado 1864.

“Cuaderno del Chozo Kindelán” (1913-1916), Club Alpino Español.

“Andanzas Castellanas”, Juan Almela Meliá. Ed. Librería Fernando Fe, Madrid 1918.

"La Pedriza del Real de Manzanares", Constancio Bernaldo de Quirós 1923.

© Texto y fotografía de Rafael Rodríguez.

4 comentarios:

  1. Cualquier excusa es válida para trazar un interesante recorrido por la Pedriza. La efemérides que constatas es de las mejores para trazar un itinerario bello, mayormente a la sombra, cosa que ya se va agradeciendo, por Pedriza interior primero, para acabar en la más frecuentada.
    De nuevo un circuito que satisface los paladares de los más exigentes degustadores de nuestra Pedriza.
    Salud, Montaña, y un abrazo, Rafa.

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    1. Pues si Carmar, es lo que tiene La Pedriza, que podemos diseñar un recorrido que sin ser innovador cumpla nuestras "necesidades", y ya sea por claras sendas como por intrincados terrenos nos descubrirá algo que desconocíamos. Y aprovecho para decirte que tengo preparado otro circuito (que espero compartir) y que seguro será de nuestro agrado. Un abrazo. Rafa.

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    2. Un circuito "que esperas compartir" ¿Compartir a priori o a posteriori? En ambos casos me resulta ya interesante. Si lo primero, avísame con un cierto tiempo; si lo segundo, estaré atento. Un abrazo

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    3. A priori, a priori...lo malo que ya pronto comienza a apretar el calor en Pedriza. Ya avisaré con tiempo. Abrazos.

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